domingo, octubre 23, 2005

Envidia

Odio las noches de los domingos. Me da una especie de depresión muy extraña. Como para tirarme en posición fetal desde las 6 PM hasta el día siguiente mientras escucho a los smashing pumpkins, el adore. Nunca lo he intentado, pero algo me dice que si lo hago no me vuelvo a levantar en toda la semana. El viernes me voy a Nuevo Vallarta, me urge algo de playa. Como hoy estoy en ceros, voy a poner un cuentín que escribí hace como 3 meses o algo así.

------------------------------------------------------------------------------------------------
Normalmente, para estos momentos ella ya estaba llena de envidia otra vez. Envidia escurriendo de sus ojos, deslizándose a travpes de su garganta, emanando de su boca. Lo natural era que ya le doliera el cuerpo, poseído por la envidia. Que volviera a los reproches. Por supuesto que es tu culpa, que querías. Rompieste tu promesa, no seguiste las instrucciones claramente, paso-a-paso, te alejaste de lo que habíamos acordado que era lo mejor. Ahora he aquí las consecuencias. Y la envidia fluía hacia abajo, siempre hacia abajo, o más bien hacia afuera. Sobre todo hacia afuera. Un día el flujo terminaría, y ella sería perfecta. Y, siendo perfecta, no habría nada que envidiar a nadie. Terminaría el tormento. Nunca más el descontrol. Pero ahora el error se había vuelto obvio, los números se habían disparado y la meta había huido de ella. El tiempo lo notó; se cernió alrededor de su figura, para después tornarse borroso, inexplicable, incomprensible. Para dejarla perdida, insinuarle el descontrol, seducirla y dejarla llena de envidia, envidia saturando su cuerpo, nublándole la visión. Los sentidos volvieron a funcionarle cuando cayó la última gota de envidia. Los recobró con el sonido del líquido al caer, con las ondas que provocó la caída. Segundos más tarde, al desvanecerse las ondas, su rostro. Su rostro allí abajo, reflejando aquel gesto devastador. Pero eso era lo de menos. La cosa era dejar salir la envidia. Estaba fuera de ella ahora, y el tiempo de nuevo tenía dirección. Ahora era perfecta. Ahora, que es para ella lo único que importa, había recuperado el control. Todo era de nuevo claro. Cualquier otro error tenía una solución sencilla... Cuando sientas envidia, sácala por la boca, pensó. Y sonrió con su nueva sonrisa, ahora perfecta.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Canción de hoy: En la otra orilla - Rosana

"Y si tus besos no son mi vida.. navegaremos en otra orilla
Y si tus besos no son mi orilla.. naufragaremos toda la vida..."

0 ¿Y ahora qué? :

Publicar un comentario

<< Home