sábado, noviembre 26, 2005

.....Sorry honey.

Siempre fui de metal. Sólo que antes no me daba cuenta. Ahora estoy plenamente conciente: cada centímetro de mi piel es compacto, frío, brillante y de una dureza poco común. Entre más lo analizo, más sentido tiene, corazón. Soy absolutamente metálica. De pies a cabeza, escamas plateadas y brillantes, irrompibles. Una coraza bastante útil, si preguntas. Una coraza helada, que te paraliza. Lo he notado. Cada vez que te acercas, el hálito frío y luminoso que despido te deja estancado, inmóvil, desconcertado. Y yo sigo rígida, amor, rígida porque así es mi naturaleza metálica y ahora que lo sé, actúo en consecuencia. Ya no intento escapar de mi verdad. Cierro los ojos y nos veo como desde fuera, yo allí, rígida y tranquila, gélida, absolutamente fría. Tu estás a mi lado, sintiéndote inútil, sin saber que hacer, engarrotado, atrofiado. Intentando transimitirme un poco del incendio que hay en tu corazón. Pero eres incapaz, y yo no hago nada para ayudarte. Ya te lo expliqué antes, corazón. Asumir puede ser terrible porque una vez que lo haces no hay vuelta atrás. Yo ya asumí mi manera de ser, corazón, y me siento cómoda con ella. Perdona si quedaste fuera.
Es por eso que necesito sus manos de fuego. Seguramente ya te diste cuenta. No pienso seguir ocultándolo. Él sabe malearme y derretirme de maneras que tu jamás aprenderás, no por que no quieras, sino porque esta fuera de tu arte. Me toca y me vuelve al rojo vivo, me suaviza, me permite tomar la forma de cosas que nunca seré. Me devuelve toda la flexibilidad que perdí al asumir mi naturaleza de metal frío. Me licúa. Al principio la sensación me gustaba, lo frecuentaba por diversión, pero poco a poco me fui volviendo dependiente a mi fundición. Mé volví adicta. Cuando el no está para quemarme, me entumo de maneras que jamás pensé posibles. Entonces llegas tu con, tu suavidad, con tus manos de seda, de algodón, y no logras más que pulirme. Quedo más brillante que nunca, pero no logras provocar ni un pestañeo. Sigo inmóvil, y tu te dedicas a observar mi brillo, mi perfección, la textura lisa de mi piel, el modelado que le han hecho a mi cuerpo. El modelado que otro le ha hecho a mi cuerpo. Sí, corazón, soy maleable y dúctil, pero hay que aprender a manejarme.
Permaneceremos como estatuas. Dos estatuas metálicas que permanecen el tiempo. No voy a irme, lindo, porque te quiero. Pero tampoco voy a moverme. Tendremos que aprender a amarnos con amor de fotografía. Todo en su lugar, bello por la sola idea de estar allí, en los pocos momentos que está todo en su sitio. Cuando no estemos juntos, trata de no pensar en aquel que me incendia, ni quieras competir con él.
Siento decírtelo, lindo. No es que yo sea fría. Es que no sabes calentarme.

2 ¿Y ahora qué? :

At 6:27 p.m., Blogger alonso ruvalcaba opina (riiiight)...

Los tres cochinitos te saludan y felicitan.

Ven a nuestra casa. Tenemos (g)lobos y (sor)presas.

 
At 10:07 p.m., Blogger alonso ruvalcaba opina (riiiight)...

jeje! genial el post de tu perro!

 

Publicar un comentario

<< Home